Saturno devorando a su hijo, Francisco Goya.
Goya no siempre fue hermoso; pero siempre fue serio.
27 de septiembre.
He hablado antes sobre la naturaleza mutable del tiempo; pero lo haré esta noche en un contexto diferente.
Son las 6:00 p. m. Inusualmente, estoy en la cocina de la Fundación Gurdjieff de Nueva York, solo... la única persona en el edificio. Suzanne me dejó entrar, que Dios la bendiga, pero se va a ocuparse de su vida exterior.
Nacemos solos; morimos solos; ya veces estamos solos en la vida: pero nunca en el trabajo, pues mientras hay otro que trabaja, estamos juntos.
En este sentido volvemos a abrir el edificio y nuestro trabajo conjunto, aunque aquí solo estemos uno. Y tú que lees esto ahora estás aquí conmigo, tanto en este pasado en el que escribo como en este futuro que habitas. Los dos momentos no son diferentes. Simplemente se ven diferentes. Trate de entender esto.
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