Foto de : Serpiente de liga en la playa. Isla de Isleboro, Maine
¿Cuál es el verdadero objetivo de la observación de Sí?
En primer lugar, ya se descubre que es muy difícil. Si no estoy presente, no puede tener lugar ninguna observación de Sí real; y sin embargo casi siempre no estoy presente, por lo que la observación de Sí es como una luz parpadeante, que rara vez y brevemente se enciende, iluminando algún aspecto de mi carácter. La mayoría de las veces mi reacción es que todo lo que vi es malo. Y, de hecho, probablemente lo sea, porque casi todas las manifestaciones en las que participo, cuando no estoy conectado con el amor, que forma el ser, son malas de una forma u otra.
Afortunadamente, para todos, el mal es, en primer lugar, mezquino y pequeño, por lo que la mayoría de nuestros males son mezquinos y pequeños. El problema es que muchos males pequeños y mezquinos forman un gran mal, y ésta es probablemente la raíz de la doctrina en la iglesia católica y otras iglesias cristianas de que somos esencialmente pecadores. Por supuesto, uno puede igualmente culpar a San Agustín por arraigar esta doctrina en la base de las enseñanzas de la iglesia, pero en última instancia se basa en hechos sobre nuestro sueño y nuestra naturaleza mecánica, así que no lo culpen. Al menos no del todo.
La lucecita se enciende y me veo a mí mismo. Pero no veo mucho. Y se necesitan muchos años de esfuerzo, de intentar volver a mí mismo, para desarrollar un sentido efectivo de observación de Sí. Para complicar más las cosas, no puedo realmente entrar en un estado de presencia real sin que mi sensación se vuelva muy activa, de hecho, tan activa que forme una nueva inteligencia en mí: y este punto no sólo es oscuro, sino que es imposible transmitirlo. usando palabras, porque el estado energético que imparte al ser proviene de un nivel que las palabras no alcanzan ni funcionan. Las palabras pertenecen al intelecto, que proviene de un mundo diferente al de la sensación. Todo lo que uno puede hacer es indicar que hay un mundo diferente. Pero "algo más" en el ser tiene que subirse al avión que va a ese mundo diferente, porque es todo un continente aparte de la actividad intelectual, separado por un océano.
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